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Las frecuencias

Una frecuencia es la velocidad con la que vibra una onda sonora. Esta velocidad de onda se mide a través de la cantidad de oscilaciones o ciclos por segundo que tiene una onda y su unidad de medida son los Hertz (Hz).

 


  1. Grave y agudo
  2. ¿Cómo se produce el sonido?
  3. La nota y sus armónicos

 

GRAVE Y AGUDO

La frecuencia determina la altura o nota del sonido que percibimos: a mayor frecuencia, mayor velocidad de la oscilación de la onda, y más agudo es un sonido; a menor frecuencia, menor velocidad de oscilación de la onda, y más grave es el sonido.

 

 

Como vemos en el siguiente gráfico, el sonido A (0r4) es más grave que el sonido B (9r4), ya que tiene menor frecuencia de vibración.

 

sonido A:

N (0r4) = 261 Hz
sonido B:

N (9r4) = 440 Hz

 

¿CÓMO SE PRODUCE EL SONIDO?

Para producir un sonido, ya sea una nota musical o cualquier otro tipo de sonido susceptible de ser integrado en nuestras composiciones, tenemos que aplicar fuerza sobre algún objeto para que emita una vibración u onda sonora. Al hacer vibrar cualquier objeto, sea la cuerda de un instrumento musical, una mesa a la que le hemos dado un pequeño golpe, o cualquier objeto físico cotidiano, no solo hacemos vibrar físicamente el objeto sobre el que hemos aplicado la fuerza sino que también hacemos vibrar las moléculas del aire a su alrededor, creando ondas sonoras que se propagan por el aire hasta llegar a nuestros oídos.

También se pueden producir vibraciones a través de la electrónica como sería el caso del oscilador de un sintetizador analógico o el transistor de un amplificador o cualquier altavoz que transforma una señal eléctrica en una vibración que llega como sonido a hasta nuestros oídos.

Por tanto, los sonidos son vibraciones que medimos en frecuencias y a las que asignamos notas musicales. Cada nota está ligada a una determinada frecuencia, por ejemplo:

Nota La = 440 Hz        N (9r4)

 

 

LA NOTA Y SUS ARMÓNICOS

Una nota musical es un tipo de sonido muy especial, resultado de unas características muy concretas. Podemos definir dos tipos de nota: la nota simple y la nota compleja. La nota simple es resultado de una onda simple y es prácticamente imposible de encontrar en un entorno natural. La nota compleja es resultado de la interacción entre varias ondas simples y es precisamente su complejidad la que le da su riqueza sonora, o timbre.

 

 

En el gráfico de la izquierda podemos ver tres de las ondas simples que forman un sonido, cada una en un color distinto. En el gráfico de la derecha podemos ver la forma de la onda compleja resultante de la interacción entre las tres ondas simples.

Cuando oímos una nota producida por algún tipo de instrumento acústico en realidad están sonando varias frecuencias a la vez, aunque no necesariamente lo percibamos así. La frecuencia que oímos con mayor claridad es la nota fundamental. Esta nota es resultado de la vibración que tiene mayor amplitud, es decir, la más audible, y la que le da su nombre (Do, Re, Mi…). El resto de notas que forman la nota compleja, llamadas la serie de armónicos, son resultado de otras ondas simples producidas por vibraciones secundarias del mismo instrumento (como por ejemplo en la cuerda de una guitarra). Estas ondas secundarias o armónicos son casi inaudibles ya que tienen una amplitud muy baja. 

 

 

En función de los armónicos que tengan mayor amplitud generamos un tipo de timbre u otro. Esto es lo que explica que aunque un violín y un piano toquen exactamente la misma nota, percibimos un sonido o timbre distinto.